Subiendo a las montañas de Himachal Pradesh

3/10 – El siguiente destino era llegar a Srinagar en Cachemira, pero las últimas noticias hablaban de atentados terroristas por parte de los musulmanes independentistas, que luchan por un estado más cercano a los ideales pakistaníes, por lo que cambié de plan y me dirigí hacia McLeo Ganj.

Un error de ubicación me hizo coger el tren dirección Ludhiana en la trayectoria opuesta, por lo que tuve que bajar en un pueblo, 100km más al sur, en el que nadie hablaba inglés y donde los paneles escritos en hindi ayudaron muy poco para situarme. Para volver atrás tuve que luchar encarnizadamente por hacerme un puesto en la cola de la ventanilla de ventas de ticket. Es asombroso ver cómo se empujan estas gentes delante de una o varias ventanillas para adquirir los tickets. Con lo fácil que es seguir el orden de una fila!.

La suerte se alió conmigo y en hora y media pasaba otro tren dirección Pathankot y desde allí tomé un bus a Dharamsala y otro hasta McLeo Ganj, situado en el Valle Kangra, a 1.770mt de altura, atravesando imponentes escenarios: exuberantes bosques de pinos, terrazas de arrozales, brillantes arroyos y accidentadas laderas atiborradas de espesa vegetación y brillantes arroyos.

La gran cantidad de lluvia que cae frecuentemente provoca fuertes erosiones y continuos deslizamientos de tierra que los habitantes de la zona atribuyen a "los espíritus" de las montañas.

Nada más bajar no solo me entraron los “ticketeros” de hostales sino asombrosamente un grupo de religiosos judíos ortodoxos, vestidos con kipá, con largas colas de pelo y manto tradicional Talit, pues aquí vienen muchos viajeros israelíes. Pero que coño hacen estos tipos por acá presionando de esta manera?, me preguntaba mientras caminaba hacia el hostal.

Lo que sí vi fueron muchos turistas jóvenes que van de hippies ( para mí, “hippijos”), y muchos tibetanos refugiados.

Unos bonitos pateos por los alrededores, baño cerca de unas cascadas, tomando el sol en una piscina artificial, visita al relajado monasterio budista Dip Tse-Chok, donde algunos se quedan a vivir una temporada y así evitar el ajetreo de costumbre y los hippies de McLeo, y al complejo Tsuglagkhang, residencia oficial del Dalai Lama, que esos días no se encontraba por ahí.

Se puede realizar muchos pateos por los alrededores, de uno hasta varios días, pero preferí sólo caminar cerca de McLeo.

He probado por primera vez "momos" ( pequeñas empanadillas tibetanas de carne o verdura), con una salsa riquísima. Lo mejor, comer o beber en la azotea de algún restaurante mientras se observa allá, a lo lejos, la franja montañosa del Himalaya. Al atardecer el frío era poco aguantable, pues el centro del pueblo está situado a algo más de 1.800mt, mientras que durante el día el sol era exquisito en temperatura.

A 4kms se encuentra Dharamsala, capital del Valle de Kangra, en la vertiente sur del Himalaya, antigua estación de montaña británica situada sobre las inclinadas colinas de los montes Shivalik, que, aunque hay poco que ver, destaca su dinámico bazaar ( mercado) Kotwali. A veces, la comunidad budista suele hacer representaciones de bailes tibetanos.

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9/10 – El siguiente destino sería Shimla, pero para que no se hiciera largo y pesado el trayecto, pues son más de diez horas, descansé unos días en Mandi para luego seguir la ruta planeada.

El bus que tomé era bastante viejo. Me lo vendieron en MacLeo Ganj como "deluxe" en una agencia de unos tibetanos, que ya se ve, intento ayudarles comprando el billete en sus oficinas y me la meten doblada.

Mandi es otro pueblo pequeño de poca importancia, con un centro comercial muy animado por gente joven, algunos hoteles y restaurantes, varios templos importantes como el Bhutnath ( s.XVI), en Moti Bazaar atravesado por el río Beas. Si acaso destaco la subida al monte Tana Hill, donde hay un parque con una hermosas vistas sobre el pueblo, y el templo Syamakali ( s.XVII), y un pequeño pateo que hice hasta el rio pasando por varios templos y ghats.

Compré un ticket de bus de línea regular, es decir, barato, y me dieron eso, un bus normalito, hacia Shimla, un pueblo asentado sobre una montaña (2.200mt), muy interesante porque su diseño colonial inglés que denota la presencia de éstos durante la época colonial.

Fue la antigua capital veraniega de la India británica y ahora es la actual capital del estado de Himachal Pradesh. Un trayecto algo lento por la cantidad de curvas que bordean muchos montes y que duró 6 interminables horas.

Su calle principal “The Mall” recorre toda la loma de este a oeste, con una altura de casi los 2.200mt, en el que destaca el Ridge, que es un área abierta donde pasean los turistas hindúes y sus habitantes, al atardecer, “se dejan ver”. De un lado, la segunda iglesia más antigua del norte de India, la Cristiana, y de otro, el punto alto, Scandal Point..

Paseando por el centro oí música en el interior de un teatro donde actuaban unos grupos de danza hindúes bastante divertido, y aproveché para entrar. Yo era el único extranjero en su interior, y por supuesto, fui centro de atención.

Un pateo al templo Jakhu, dedicado a Hannuman ( dios mono), donde cientos de ellos deambulan por sus alrededores, situado en un monte a 2.445mt, que ofrece unas espectaculares vistas sobre Shimla, y los valles que los rodean. Luego bajada hasta un templo budista donde me presentaron al 17º Dalai ( Rampuchan), de 9 años, y tomé té con todos los monjes de casi la misma edad y su profesor, un monje algo mayor, en la habitación de éste.

De vuelta pasé por otro templo hindú y ojeando a través de los barrotes de la puerta de entrada, vaya bronca me echó un tipo ahí por haber pisado un escalón sin haberme quitado el calzado...

Otro día lo dediqué a caminar hasta el Summer Hill y de vuelta hacia la Cascada Chadwick, de 67mt de altura, aunque con muy poca agua debido a que las lluvias han sido escasas últimamente, volviendo por Glen, zona de valle, a 4kms, rodeado de bosques muy verde y pistas de rodadura que lo convierten en un lugar turístico bellísimo, siendo básicamente un bosque de la reserva. Destaca su famoso lugar de picnic rodeado por pinos y cedros del Himalaya, que dan frescor al entorno.

Y otro día hacia el monte de Kamma Devi, en el pueblo Boileauganj, al que se llega en bus y casi una hora de pateo por un camino precioso hasta la cima, donde las vistas de la caída del sol son espectaculares. El problema podría ser la vuelta, porque se hace de noche durante el trayecto y es necesario una linterna para no tropezar.